Juicio Diedrichs-Herrera | 7 de octubre de 2020. Quinta audiencia.

Juicio Diedrichs-Herrera #MásJuiciosMásDemocracia 27 de octubre de 2020 Por Mary Luque y Martina Novillo
Resumen de la quinta audiencia del 12 juicio de Lesa Humanidad en Córdoba. Se transmite por Youtube en directo y por problemas técnicos dio comienzo a las 10.50 hs.
flores 5ta audiencia
Ph: Sofia Rubiano

El primer testigo es Walter Grahovac, Ministro de Educación de la provincia de Córdoba, quien conocía y estudiaba en la misma escuela, Nuestra Señora de Loreto, junto a Miguel Ángel Arias “Coqui”. Relata sobre la educación y valores con que se formaron en esa institución educativa-religiosa. Que compartió con Coqui equipo de fútbol barrial y desde 1973 conformaron el cuerpo de delegados por curso. Cuenta sobre las cualidades de Coqui Arias: solidario, generoso, humilde, buen estudiante, buen futbolista y sensible a las cuestiones sociales. Conoció también a los hermanos Soulier -Juan Carlos y Luis Roberto- y también a la compañera de Juan Carlos: Adriana Díaz. Cree que si ellos estuvieran vivos dirían exactamente lo que él quiere decir: “que estos juicios son un acto de justicia que busca la verdad y que las familias que lo sufrieron merecen conocer, como así también la sociedad toda”.


El segundo testigo es Diego Soulier, hijo de Luis Roberto Soulier, desaparecido desde el 16 de agosto de 1976. Tiene 46 años y al momento del secuestro de su padre tenía dos años y su hermana meses. 

Diego cuenta sobre la reconstrucción que han hecho de lo sucedido en aquellos años, a partir de lo que la familia les ha narrado, ya que cinco miembros fueron secuestrados, dos de ellos liberados y tres continúan desaparecidos. 

En esta reconstrucción cuenta que su madre “es una sobreviviente”, ya que por todo lo vivenciado padeció ataques de asfixia, depresión, pero que ella “estuvo a la altura del compañero que tuvo”. Siempre les dijo que a su padre “lo había matado gente mala” y que de eso no debían hablar con otras personas. Lo decía porque ella misma vivió la marginación social por ser la esposa de un “desaparecido”; que algunos vecinos se cambiaban de vereda cuando la veían y sufrió “los abusos del patriarcado de esa época”.

El testigo agrega que parte de su pensamiento actual se lo debe a su familia, al amor con que lo criaron su madre, abuelos y tíos, a H.I.J.O.S., donde militó desde el año ‘95, y que “quieren justicia y reparación, saber dónde están los cuerpos de sus seres queridos”. Que cuando los quisieron callar siente que con H.I.J.O.S. se multiplicaron.


La tercera testigo es Cecilia Susana Soulier, la hermana menor de Diego. Ella imagina cómo debe haber sido su último día con su padre el 16 de agosto de 1976, cuando contaba con casi diez meses de edad: quizá la besó a “su calabacita”, como le decía. 

Relata cómo fue el secuestro de su padre porque una vecina les contó, pero que a la vez esa vecina lo había esperado para avisarle que no entrara a la casa de su hermano y cuñada, ya que habían sido secuestrados la noche anterior. Piensa que habría sido muy diferente si esa mujer le hubiera podido avisar a su padre del peligro de llegar a esa casa. Relata que su mamá quedó “intervenida” por todo el terror que vivió y el estigma social que le siguió.

En la reconstrucción que hizo de su vida entendió, cuando ingresó a la Escuela Manuel Belgrano, por qué ellos no tenían casa propia, ni auto, ni vacaciones: porque aparte de desaparecerles parte de la familia los extorsionaron quitándoles todos los bienes económicos que poseían. 

Luego contó que después también entendió por qué sufrió bullying en esa escuela por parte de una preceptora, cuando tenía 11 años, y de un profesor cuando ya cursaba la secundaria. Entendió que ellos sabían sobre su familia y por eso la ninguneaban. 

También cuenta el sufrimiento que le provocaba, que durante muchos años, parte de la sociedad se despachaba con calificativos sobre su familia, con frases como “algo habrán hecho, eran subversivos, los militaron no hicieron todo lo que deberían haber hecho” y otras por el estilo. También cuenta que cuando comenzó a participar en H.I.J.O.S. empezó la recuperación de su identidad. 

Para finalizar se dirige al tribunal y les pide “un fallo ejemplar”.


El cuarto y último testigo es Golofredo Lascano Colodrero, quien fuera amigo de Claudio Román, fusilado en un “enfrentamiento” mentiroso, luego de haber estado detenido-desaparecido en La Perla.

Eran compañeros de estudios en la Escuela Manuel Belgrano y eran delegados escolares de sus cursos. Contó que en 1975 el director de la escuela -Tránsito Rigatuso- hace ingresar como preceptores de la escuela a personas de la Triple A. Entre ellos a Juan Tejeda y a Valdez. 

El hermano de Claudio Román le contó que fue una odisea identificar el cuerpo de su hermano entre tantos otros que había en la morgue del Hospital San Roque. Finaliza su testimonio diciendo que es la primera vez que puede atestiguar ante un tribunal “que mataron a su mejor amigo y que al fin pudo decirlo”.


Siendo las 15.55hs finaliza la ronda de testigos citados para este día ante este tribunal, y se anuncia que se pasa a cuarto intermedio hasta el día miércoles 14 de octubre próximo, desde las 10 hs.

Todas las audiencias pueden seguirse por: https://www.youtube.com/channel/UCyQJUlKhS-thgxlv-HcYTOA